Para la caminata que hoy os propongo, nos vamos a desplazar al Concejo de Ibias; concretamente al Puerto del Pozo de las Mujeres Muertas, punto de partida de esta marcha.
Aparcamos en este puerto y cruzamos la carretera para tomar un sendero con bastante piedra suelta que va ascendiendo por entre monte bajo en dirección al Pico Folgueira.
En el Puerto de las Mujeres Muertas; por allí subimos
Preparándose para iniciar la caminata
Iniciando el recorrido
Salimos a continuación a la pista que cruza a media ladera este pico y que viene desde el Puerto del Pozo de las Mujeres Muertas; pista que nosotros no tomamos para evitar un recorrido mas largo, pese a tener que superar mas desnivel.
Abajo queda el puerto
El pico Bustagudo
Camino del Collado del Estaxón; en frente el pico Chao Lagúa
Ya en la pista, giramos a nuestra derecha para seguir ascendiendo poco a poco con dirección al Collado del Estaxón.
Collado del Estaxón
Tras superar este collado, seguimos subiendo ligeramente paralelos al cordal hasta alcanzar el Collado de Campalonga, donde giramos a la izquierda para descender hacia la braña de Valvaler que ya tenemos a la vista.
Braña de Valvaler desde el Collado de Campalonga
La braña de Saladín que vemos al fondo del valle
Collado de Campalonga
Nos dirigimos hacia esta braña, dejando a nuestras espaldas el pico el Coladin, y lo que parece ser una caseta de vigilancia.
Pico Coladín y Collado de Campalonga
Después de recorrer el largo Collado de Campalonga, alcanzamos la braña de Valvaler que se encuentra situada en un prado cerrado por pared de piedra.
En la Braña de Valvaler
Esta braña, cuenta con varias cabañas que aún se encuentran bastante bien conservadas, pese a encontrar algunas de ellas derruidas.
Cabañas en la Braña de Valvaler
Abandonamos esta braña, siguiendo ahora por un sendero en ascenso y bastante pedregoso que pasa por el collado que forman los picos del Chailón y la Reboleira.
Dejando atrás la Braña de Valvaler
Camino del collado entre el Chailón y la Reboleira
Al fondo vemos Morentán
En el collado
Ya en la otra vertiente, comenzamos a descender hacia la braña de Folgueiras de Aviouga; teniendo frente a nosotros el pico del Chao del Rozo.
Bajando hacia la Braña de Fulgueiras, en frente el Chao del Rozo
Al llegar a esta braña que pertenece a mi pueblo natal, los sentimientos salen a flor de piel, pues vienen recuerdos de la primera vez que subí a este lugar.
Cabañas en la Braña de Fulgueiras
Esta braña que aunque conserva alguna cabaña en pie, estas se encuentran en estado de abandono y un gran número de ellas en ruinas.
Marta, Marce y un servidor junto a una de las cabañas de la braña
Con bastante pesar, dejamos atrás esta braña y nos encaminamos hacia la cima del Chao del Rozo, por un sendero entre monte quemado que va subiendo hasta el pequeño collado que hay entre el pico Trescolada y el Chao del Rozo, donde vemos un cartel que nos indica la dirección a seguir.
Saliendo de la Braña de Fulgueiras
Atrás queda la braña
A partir de aquí, cogemos otro sendero que se pierde en el enorme pedrero que cubre buena parte del tramo final de la subida y forma la cumbre del Chao del Rozo.
Hacia el Chao del Rozo
El pueblo de Uria al fondo
Subiendo al Chao del Rozo
En el collado del Chao del Rozo
Cartel en el collado
Camino de la cumbre
Últimos metros a la cumbre
El pico Chao del Rozo o Entrecoladas, con sus 1 428 metros de altitud y vértice geodésico, a pesar de ser una montaña con poca altitud, nos ofrece una amplia visión panorámica hacia los montes de Valdebueyes, la sierra del Valledor o hacia la zona de los Ancares.
El Teso Mular, la Candanosa, el Ciallo y Peña Rogueira
Pico Miravalles
Foto en la cumbre
Después de inmortalizar el momento; sacando imnumerables fotos, ponemos rumbo hacia el siguiente objetivo; la braña del Pedroso, que vemos más abajo.
Comenzamos a descender del Chao del Rozo, por la cara opuesta a la de la subida, por un sendero también entre monte quemado y bastante piedra suelta, hasta alcanzar la pequeña laguna del Chao da Veiga.
Laguna del Chao da Veiga y Pico del Chao del Rozo
En este punto, debemos girar a la derecha y comenzar a descender por un camino entre brezos, en mal estado de tierra y arenisca, donde ya vemos la espectacular braña del Pedroso, que se encuentra ubicada en un pedregal.
Abandonamos este camino, para alcanzar en pocos minutos esta braña, que se encuentra completamente integrada en la pedrera, y que cuenta con unas cuantas cabañas; muchas de ellas abandonadas pero en bastante buen estado de conservación, aunque por desgracia muchas otras se hayan en ruinas.
Tras descansar un rato y aprovechar para comer nuestras meriendas en este preciso lugar, comenzamos a caminar regresando hacia el camino por el que veníamos del Chao da Veiga para bajar hacia Seroiro.
Este camino en mal estado desde aquí, pasa a ser una pista con mejor firme pero que contiene tramos de fuerte pendiente.
En nuestro descenso, vamos observando la gran cantidad de robles que había en este bosque, y que hoy se encuentran calcinados por culpa de los incendios provocados por gente desalmada, que se empeñan en destruir todo sin pensar en las graves consecuencias medioambientales y económicas que suponen estos incendios.
Distintas imágenes del bosque quemado
Después de cruzar una cancilla, la pista deja de ser tan pindia para suavizarse un poco hasta llegar al cruce de esta con el camino que lleva a Valdebueyes.
Cancilla en el camino hacia Seroiro
Cruce con el camino hacia Valdebueyes
Las Peñas del Infierno
Una vez dejado atrás este cruce de caminos , llegamos al arroyo de la Collá que cruzamos, para seguir ahora por pista casi llana hacia Seroiro, pasando junto a algunos cortines y corripas y con unas magnificas vistas del Valle del río Aviouga o las Peñas del Infierno, también vemos en el otro lado del valle el pueblo de Pradías.
Un pequeño descanso, detrás los Riscos del Chao Pandela
Un pequeño descanso, detrás los Riscos del Chao Pandela
Cruzamos también el Regueiro Llamoso y poco tiempo después, ya tenemos a la vista el pueblo de Seroiro, al que accedemos entrando por el camino que pasa junto a la vieja escuela del pueblo.
Horreos y casa de Seroiro
Cruzamos casi todo el pueblo, hasta llegar a la fuente lavadero y desde aquí , descendemos hasta la carretera donde toca finalizar un hermoso día y una hermosa caminata.
Seroiro
No se me olvidará esa cumbre. Aquel día pillé una de las mayores mojaduras de mi vida, si no la mayor. Gracias a este reportaje puede ver las vistas que nos perdimos durante nuestra ruta. Preciosa la braña del Pedroso. Tengo muchas ganas de visitarla. Lo de los incendios...un dolor.
ResponderEliminarUn saludo