Para acceder a este pueblo, cogimos la carretera AS253, que lleva hasta el puerto de San Isidro; al llegar a Collanzo, tenemos que coger un desvio, que esta bien señalizado y que nos indica la dirección a seguir para llegar a La Fuente.
Cuando llegamos a La Fuente, continuamos por una de pista de cemento, que sale de lo alto del pueblo, hasta llegar donde finaliza el cemento. Una vez en este punto, dejamos nuestro coche y nos preparamos para continuar nuestra ruta a pie.
Continuando por esta misma pista ganadera llegamos al Collado del Acebo, desde aquí, una vez pasada la Fuente del Cardoso, comenzamos la subida al Collado los Fierros, para desde aquí iniciar el asalto hacia nuestro primer objetivo, el Pico Pradera.
La subida a este pico, es bastante difícil, y no muy acta para personas que padezcan de vértigo, pues posee unas caidas bastante fuertes por ambas vertientes, lo que nos obligó a pensarlo un poco antes de dar el paso final hacia la cumbre, (las fotos de la subida no las pude hacer, púes tenia las manos un poco ocupadas).
Finalmente en la cumbre, las chicas al final no se atrevieron a subir, pudimos observar un buen rebaño de rebecos, que emprendieron la huida a nuestra llegada, así como hacer unas fotos y disfrutar del paisaje que podíamos ver, que en esta ocasión no era mucho por culpa de la densa niebla que había.
Después de haber logrado nuestro primer objetivo, emprendimos el regreso hacia el Collado los Fierros, para desde este lugar comenzar la subida hacia nuestra siguiente cima; aquí mis compañeros, decidieron esperar mi regreso de la cumbre.
En esta ocasión,no como la subida al Pico Pradera, la ascensión hacia el Cucho, es bastante fácil, y no conlleva mucho riesgo, por lo que me decidí a realizarla solo.
Al llegar a la cumbre, la niebla que nos estuvo amenazando toda la mañana, comenzó a invadir la cumbre lo que me obligó a emprender el regreso precipitadamente hasta donde mis compañeros me estaban esperando.
Después de reunirnos, comenzamos nuestro regreso, por el mismo sitio que habíamos venido, pero ahora haciendo un alto en el camino para comer nuestras meriendas, que en estas rutas no deben de faltar.
Una vez bien "fartuquinos", solo nos quedaba llegar al coche para regresar a nuestras casas, donde nos relajamos y pensamos en el estupendo día que habíamos pasado a pesar de la niebla que nos jorobó un poco las vistas desde las cumbres.







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